Y por supuesto, ya llegó el momento de volver sobre la bicicleta, y de crear un espacio virtual dedicado a la publicación de aventuras y aperturas, mezcladas con historias. No me gustaría comenzar estos escritos enrollándome del por qué, si es que existe, de estas publicaciones. Simplemente me gustaría poder acercar a quien las lea, a una serie de experiencias que como muchas otras, forman parte de mi recorrido vital. En general, se relacionan con la búsqueda de historias humanas, que vistas a golpe de pedal -ya son casi 15.000kms pedaleados desde mayo 2019- tienen una manifestación singular y muy bella en sí mismas, así como la ley de la naturaleza que las rodea, esto es, los entornos naturales como escenarios perfectos -o cuasi- de un nomadeo en bicicleta. Aunque ya habrá tiempo de profundizar en pasadas expediciones, y en escenarios idílicos.
Ahora quiero hablar del recorrido más reciente, y de su historia. Acabé en Polonia por el romanticismo de la aventura, y tras año y medio asentado en Wroclaw -Breslavia-, no he podido obviar una tierra eslava que esconde historias trágicas, de dominación y de expansión, y que refleja frialdad en la tierra, y en su gente. Salir de Breslavia hacia Varsovia, la capital polaca, es sinónimo de cambio, de mucho cambio -y solamente son 500kms-. La zona occidental del pais, esto es, Breslavia, compuso la parte oriental del Imperio Prusiano, y la dominación fue mayormente alemana. Estos fueron expulsados tras la derrota en la 1ªGM, y las poblaciones polacas del Este y en gran medida, provenientes de las antiguas tierras del oeste ucraniano -personas polacas expulsadas de sus tierras en Ucrania-, fueron llevadas a rellenar esas zonas occidentales de la renacida Polonia de principios del s.XX. Claro está, que el 1 septiembre de 1939, fue la causa nazi la que quiso, a golpe de invasión, retomar la tierra eslava por la zona occidental de Polonia, detonante de la 2ªGM, y que, como tragedia de fondo -a parte de las que no quiero nombrar-, el alzamiento de los polacos en Varsovia degeneró en el odio profundo de los hitlerianos hacia este lugar, que terminó en el bombardeo de la capital polaca, reducida totalmente a escombros, previa a la entrega de llaves de Berlín a los rusos.
(En video, un pequeño fragmento con imágenes reales y recoloradas de la época de la IIGM, Varsovia)La historia reciente tiene mucho que ver en esto. Como en todo lugar conocido. Salí de Breslavia despedido por los que fueron mis colegas de trabajo durante la época Covid. Si, durante el tiempo que la gente se encerró en sus casas en 2020, a mi me demandaban para arreglar muchas bicis -muchas, no exagero-, aprender a raudales el negocio y la industria, y además, manejar el idioma local, el polaco, para liberar trabajo a mis compis de cara a los clientes. Después probaría eso de pedalear 400kms a la semana, en uno de los inviernos más fríos y largos que se recuerdan, aunque eso merece escrito a parte. Por cierto, bicicleta en polaco, Rower. Y el exitoso negocio de Tomasz y Lukasz, Roweria.pl -traducido al español podría ser La Bicicletería.es-.
Equipo de Roweria.pl, Wroclaw |
Salir en bicicleta de nuevo. Una sensación de libertad, de pura independencia. La casa rodante. Muchos años, casi una década, a base de prueba y error. Más de un año preparando una salida -de nuevo-, y una bicicleta, junto con un material mínimo, para poder sobrevivir en el camino. Combinando muchos factores, y un rumbo -el Este, y la raiz polaca-. Dormir bajo los árboles, a cielo descubierto -la tienda de campaña es transparente en la parte superior- con el sonido constante de la orquesta sinfónica de las ranas en los pantanos de Raków, mientras esperan a que alguna de las hembras aceche al macho con mejor canto -según su criterio, claro-, mientras el río y sus aguas limpias fluyen entre árboles destartalados. Para despertar al alba observando la cigueña, obviamente, alimentándose de ranas -la selección natural, son demasiadas crías de rana, aproximadamente cincuenta por camada-, y que, además no hace mucho que aquel pajáro fiel volvió a su fría tierra, tras migrar de regreso en su paso por el trópico africano. Y que listas las cigueñas, en polaco Bocian.
Acampada frente a Podgórzyce |
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